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Inmunidad
El universo de los Linfocitos

Glóbulos blancosHola, soy tu sistema inmune:

Imaginemos un cubito de 1 milímetro de lado, un pequeñísimo cubo hueco con esa capacidad, lo llenamos con sangre de un perro sano adulto y allí hay o debería haber por lo menos 1000 linfocitos, la segunda clase más común de glóbulos blancos en esa muestra de sangre periférica. Los cachorros tienen en ese mismo volumen una cantidad mayor; no menos de 2000, aunque podrían llegar a valores cercanos a 5500 de estas células estando perfectamente saludables. En ese espacio virtual de sangre en movimiento continuo, piense en millones y millones de cubitos circulantes en ese entramado infinito de vasos sanguíneos, linfáticos y tejidos del cuerpo; es el universo de los linfocitos, un tipo especial de glóbulo  blanco con un tamaño apenas algo mayor que el de un glóbulo rojo.
En una distancia de un milímetro si se colocan en fila alineados exactamente uno al lado del otro apenas tocándose entre sí, entrarían cien de estas pequeñas esferas que permanecen vivas y activas en nuestro cuerpo más de seis meses cada una de ellas.
El estrés y casi cualquier enfermedad que tenga un perro, hacen disminuir su cantidad en la sangre y es uno de los datos de laboratorio relevante cuando hay un estado nutricional deficiente. En una enfermedad en etapa de curación, el aumento de los linfocitos suele ser signo de buen pronóstico porque el  tratamiento instaurado ha sido efectivo. El miedo o la excitación  puede hacerlos subir en cantidad como una respuesta fisiológica normal a distintos estímulos.
Teóricamente sería necesario contar con un mínimo normal de estas células en un hemograma, para prever por ejemplo que la respuesta inmunológica a una vacuna va a ser la apropiada, en caso contrario la protección que se busca  con el plan de vacunas no será lo suficientemente vigorosa para protegerlo si se enferma. Claro que no es solo una cuestión de número de células sino de que su funcionamiento sea correcto también. La mayor parte de los linfocitos se dedican a la vigilancia de frontera actuando en forma directa contra agresores y una cantidad cercana al 40% restante, se preparan para un combate más largo, son una especie de fábrica de armas específicas contra distintos enemigos, dedicados a la producción de anticuerpos contra las distintas enfermedades y esto es solo una ínfima parte del sistema inmunitario. Los linfocitos recorren todo el cuerpo en un ciclo continuo de formación, viaje, mensajería, acción y muerte y de nuevo nacimiento de otros que toman la posta y cumplen igual función en un ritmo controlado desde un compartimiento central, que incluye la médula ósea y el timo que suministra precursores a otro compartimiento periférico que involucra linfoglándulas, bazo, todo el tubo digestivo, vasos  sanguíneos,  linfáticos y tejidos con una distribución que abarca todo el organismo.
En forma independiente de la voluntad del individuo que los engendró, ellos trabajan silenciosamente promoviendo la salud junto a todo el sistema de protección, llegando hasta el rincón más olvidado.

No hay mucha bibliografía acerca del efecto psico-emocional de los distintos sucesos en la vida de un perro y lo que él piensa sobre ellos, si es que su inocente cerebro animal puede teorizar sobre estos asuntos, hasta el momento nada comprobado, pero vaya aquí un artículo que trata este interesante punto en el ser humano.
Algunos datos de los aquí mencionados pueden investigarse tomando una muestra pequeña de sangre del perro en cuestión y para todos aquellas situaciones que puedan considerarse un estrés que ponen a prueba el sistema inmune, existen suplementos que mejoran su condición para enfrentarlas.

Oda al laboratorista del genial Pablo Neruda

Manuel Figueroa y Pablo Butler


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